CASA DE SAN BUENAVENTURA
La Universidad de San Buenaventura hunde sus raíces en el Colegio Mayor de San Buenaventura, fundado en 1688, desde donde prestó un invaluable servicio de formación a la sociedad colombiana durante 173 años.
Según el historiador franciscano Fray Luis Carlos Mantilla Ruíz, "el claustro brotó de las legítimas aspiraciones de la Provincia Franciscana del Nuevo Reino de Granada, de tener su propio claustro de estudios superiores en donde se profesaran las enseñanzas de la Escuela Franciscana, centradas en el binomio de sus Maestros más representativos: San Buenaventura y Duns Scoto" (Raíces históricas y estado presente de la Universidad de San Buenaventura en Colombia; 1986: 3)
Pese al evidente aporte de los franciscanos a la formación de las juventudes del país, el 5 de noviembre de 1861 fue clausurado el antiguo Colegio Mayor de San Buenaventura por orden de Tomás Cipriano de Mosquera, quien dispuso la extinción de las comunidades religiosas en todo el territorio nacional.
Pero en 1959 el Ministro Provincial, Fray José Miguel López, comisionó a Fray Darío Correa Gómez para que tramitara ante la Asociación Colombiana de Universidades su restauración, hecho que se consiguió el 14 de junio de 1961 con la aprobación de la Facultad de Filosofía.
Desde entonces la Universidad ha venido creciendo ininterrumpidamente, ha consolidado su acendrado prestigio educativo y ha extendido su acción a tres importantes ciudades colombianas en las que ha abierto seccionales: Medellín (1966), Cali (1970) y Cartagena (1994). La Sede (U.S.B. Bogotá), por su parte, además de haber consolidado sus ya tradicionales Facultades de Filosofía, Teología y Educación, en la última década ha venido incursionando en programas que por su novedad, actualidad tecnológica y respuesta a las necesidades de desarrollo del país, se han convertido en vanguardias del desarrollo de la educación superior colombiana.
Razón de su nombre
El nombre de la Universidad tiene su origen en uno de sus más ilustres hijos: San Buenaventura, Obispo y Cardenal, Doctor de la Iglesia e insigne pensador de la Edad Media.
Nació en 1217 en Bagnoregio (Italia). Asistió a la Facultad de Artes de París e ingresó a la Orden Franciscana en 1243, donde inició sus estudios de Teología en la misma ciudad.
En la Universidad de París recibió el título de Bachiller Bíblico que lo autorizaba a enseñar la Sagrada Escritura; posteriormente, al recibir el título de Bachiller Sentenciario pudo explicar "Las Sentencias" de Pedro Lombardo y en 1253 fue nombrado Maestro Regente (Doctor) y titular de la Escuela Franciscana, defendiendo acérrimamente la libertad de cátedra. En 1257 fue elegido Superior General de los Franciscanos y en 1265 convenció al Papa Urbano IV para que revocara su nombramiento como Arzobispo de York. Continuó así organizando la Orden Franciscana, pero finalmente, el Papa Gregorio X lo nombró Obispo y Cardenal en 1273, encargándolo de preparar el Concilio de Lyon, que se proponía la unificación de las Iglesias de Oriente y Occidente.
Murió el 15 de julio de 1274, durante la celebración de dicho Concilio. Fue canonizado en 1482 y en 1587 el Papa Sixto V lo nombró Doctor de la Iglesia.
Sorprende en San Buenaventura, nuestro patrón, su compleja gestión de gobierno, su profundo sentido contemplativo y la fecundidad de sus escritos. Citamos a manera de ejemplo, tan sólo algunos de los más destacados: Comentarios a los cuatro libros de las sentencias de Pedro Lombardo, Breviloquio, Itinerario de la Mente a Dios, Soliloquio, entre otros.
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